Conducir bajo la influencia de alcohol (DWI) y conducir bajo la influencia de drogas (DUI), son delitos muy serios en el estado de Nueva York. Los políticos, los jueces y la policía son bastante duros con las personas que conducen bajo la influencia de alcohol o drogas, y las penalidades pueden incluir suspensión de su licencia de conducir, multas y cárcel.